10/04/23

Llueve en Caracas - una tarde cualquiera 2006

Las gotas rompen contra el parabrisas... los brazitos de caucho hacen su semicirculo limpiando el vidrio que separa el confortable interior del automovil, de la intemperie que con relampagos y truenos acaricia la ciudad capital. Caracas. Caracas de mis amores...Cota Mil --- Av Boyaca.

Bajo el puente de La Florida, algunos motorizados se guarecen... ya están mojados, pero rien... y se les nota conversar como que se conociesen de toda la vida... compartiendo la solidaridad - o tal ves complicidad - de quienes se ganan la vida sobre dos ruedas, asumiendo una condición de clase que lamentablemente no se ve entre los profesionales e intelectuales de este país.

Lentamente se mueve mi lujosa camioneta... me percato de que voy a llegar tarde, es irremediable... y la maravilla del celular me permite avisar ... excusarme... "¡la tormenta esta jodida!" me dicen y asiento con el regocijo de la coincidencia, y el alivio de evitar la acusación de la impuntualidad.

El movimiento del ciempiés (ciencauchos) se detiene... después de unos minutos apago el carro y me bajo, aprovechando que cesó el aguacero. Otros choferes siguen mi ejemplo. Unas miradas de evaluación... unos escurridizos ojos con los que medimos la oportunidad... ¿abro la boca o no?

¿Que coño habrá pasado? dice alguien, mientras estira el pescuezo intentando adivinar la causa de la detencion del flujo vehicular...

Habra sido un accidente... dice otro mas.

Hasta donde alcanza la vista, carros y camiones estan inmoviles. No se adivina el motivo.

Cinco minutos y el desespero cunde... las miradas nerviosas y mas y mas celulares aparecen...
Las frases de este estilo se suceden...

- Mi amor no llego a buscar los niños!

- María, mi amor, no es mi culpa... espérame que ya llego... ya voy a buscar los chamos.

- Carajo esta mierda esta insoportable... acércate al banco y ve depositando o al menos toma el número.

- A que hora comienza el cine... ve comprando las entradas... coño y coño y coño--- mil "coños" retumban en el Avila.

Un ratito mas y se produce el milagro... el milagro de comunicarse con el extraño de al lado.

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A mi lado, desafiando mi propia mirada hosca, un tipo cualquiera me dice: "que vaina"
Mmm... luego de 15 minutos alguien no le habla a su teléfono, sino a su vecino...
¡Alguien me habla!

Y pronto se forma un corrillo... casi algarabía por el contraste anterior... en plena Cota Mil.
- Pues si que vaina... pero bueno esto se vuelve una mierda cuando llueve
- Si pero el gobierno debería hacer algo
- Al gobierno no le interesa este peo...
- Hey... ¿has escuchado algo en la radio? respuesta: no nada
- Yo creo que se desbordo una quebrada
- Alguien se habrá dado un mamonazo. Esto se convierte en un jabón.
- Y tu adonde vas pana? coño yo a Boleita... que suerte tienes yo para la Urbina.
- Disculpe la molestia caballero... me quede sin saldo... puede prestarme su cel un momento? si sr... si jefe ya voy... si ya voy estoy con cel prestado... si yo llego... Gracias amigo

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El "gracias amigo" me hace abrir los ojos como si se tratara de un extraterrestre... si... en plena cola, en plena Av Boyaca... gracias a la lluvia... de nuevo nos encontramos como gente. ¿Quien será el atrevido que prestó su celular? pues yo como un tonto que se reencontró.

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El payaso de siempre echa el cuento de "lo que le paso una noche de lluvia en... con ..." todos reímos. Hay paz y hermandad... y sobre todo complicidad.

... de nuevo encontramos algo de humanidad. ha sido un buen momento... el mejor rato social de la semana. Me recuerda la fé en los semejantes, el prójimo y los demás.
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Los vehículos quieren arrancar... "por fin se mueve" exclama el asomado mayor, jactándose de su primicia.

Todos como hormigas apuradas, regresan al coche, abren las puertas, encienden los motores, quitan el freno de mano, colocan "D" o "primera"... algunos dicen "chao pues... suerte". Terminó la magia.

Comienza a llover de nuevo... pero yo ya tomo la salida de Sebucán.










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