4/21/15

I Algo escatológico pero... ¿quien no ha disfrutado una flatulencia o la ha sufrido o reído? "No para menores"

Digo lo primero (primera historia en números romanos) porque tengo varios cuentos acerca de esos gases que todo ser humano expele, lo niegue o lo esconda... o lo publique. Lo narro como novela de misterio o documental. Otro sera de mi abuela QEPD en un avión otro(s) serán de quien sea, pero ESTE ES MIO.

PRELUDIO

Son las 8 y media de la noche. Mi compañero de habitación en Las Vegas (estábamos en "Circus Circus" año 2004 enero creo)  y ya tiene mi pana el olfato semicauterizado porque la comida norteamericana de los buffets estimula mis gases descaradamente

No se si por condimentos diferentes o por la felicidad de pasar un rato en USA el Imperio. En 7 días se caló como 30 peos-pedos-flatulencias en la habitación que compartíamos (sin contar los que olieron en la conferencia Las Vegas y luego en Miami, mi pana George Belt)

Bueno, nos montamos en el Avión de Las Vegas a Miami. La idea llegar en la mañana temprano a la capital de LatinoAmérica para visitar posibles proveedores, luego de hacer lo mismo en esa convención en la ciudad de los casinos.

Luego de montarnos en el avión sirven la comida. Como siempre es escasa en los transportes aéreos. yo había comprado comida china para completar. De esas en la que aparece un panda en el logo.

El Avión de AA está prácticamente vació. Aunque teníamos puestos juntos el aparato; tenía 3 filas de asientos de cada lado así que yo me moví al otro lado y me acosté. El ingenuo George se quedo también acostado del otro lado del pasillo... podíamos dormir un poco así.

George desafortunado tiene 2 gringas Señoras mayores, de esas blancas arrugadas prematuras por ir mucho a la playa siendo jóvenes... no se unos 50-55 creo yo tenían ellas. George y yo 37-41 por allí mas o menos.

DESARROLLO

No era mi intención de verdaitica (como decimos acá en Venezuela, no es error ortográfico sino un giro semi dialectal) joder a nadie esa noche, pero comienzo a sentir esa característica presión en el colon que predice la ley de Boyle. No creí que sería tan hedionda la mierda... pero en segundos comienza a calentar. Cuando un peo viene caliente es síntoma de podredumbre, eso es previsible. Me tapo con la sabana del avión, me hago el dormido pero dejo los ojos arribita de mi gorra pues nada es tan hermoso como olerse su propio peo con excepción de ver la reacción de los demás... (y el pendejo de George Belt estaba mirando una película). Me jalo ese tronco de PEO. Tan caliente y hediondo que me lo disfruté. Y no fue muy largo en longitud o volumen, tan solo era sustancioso y hermoso por ser una obra de arte de las bacterias las que por cierto nos mantienen vivos con la simbiosis digestiva en los seres humanos.

Recuerden es un avión con 3 asientos de cada lado de pasillo ancho. Las distancias no muy largas pero tampoco cortas como en los de 5 asientos pegados.

Veo a George Belt que brinca literalmente de su asiento como en 3 segundos. Me mira con arrechera y yo me cago de la risa (silente) en burla. Las dos Señoras (pobres victimas inocentes) vibran también en menos de lo que tarda un mordisco... se tapan la cara todos. Mi pana me mira de nuevo con molestia, con esos ojitos dulces llenos de indignación,  y las damas justo en la fila de asientos antes de él señalan hacia atrás con sus pulgares y dicen en vos audible (y en ingles) "ese de atrás se echo ese peo que puerco!!!"

Todavía no acaba a historia... una azafata viene de la cabina del piloto yendo a la parte trasera el aeroplano (bonita ella), se da tremenda bocanada, se para en seco como que se hubiera topado con un muro de mierda (bueno eso era)  y se devuelve en un instante a la cabina delantera mientras ve a las señoras echarle la culpa del peo a mi pana George. Se tapa la cara y no se aparece por allá como en media hora ni para servir agua, hasta se le doblaron las rodillas pobrecita que espanto para ella. Creo que le dijo a los pilotos que había algo químico porque uno de ellos, salio, olio, y regresó asqueado.

CONCLUSION

Una de las peores flatulencias que expelí en mi vida se lo olio mi pana George Belt, dos viejas gringas, una azafata y un piloto o copiloto y YO salí inocente de toda culpa (el crimen perfecto) riendo a carcajadas mientras todos le echaron la culpa a mi pana Belt (incluso al llegar a Miami en la mañana lo miraban feo) impune yo, peorro Belt, ¿no es un gran logro? después de tantos años aún le duele  a mi pana cuando se lo recuerdo... en otras épocas, le hubiesen examinado el trasero para hacer armas químicas. Crimen perfecto insisto.

Otros cuentos de peos vendrán luego, un par mas.


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